Diciembre es el mes de la gastronomía por excelencia, con la llegada de las Navidades las familias y amigos se reúnen en torno a una para disfrutar de los mejores placeres culinarios, y entre ellos no puede faltar el jamón ibérico de bellota. El cerdo ibérico se convierte en la estrella indiscutible de las despensas, de él se aprovecha “hasta los andares”, dicen en Extremadura, tierra de dehesas y cuna del ibérico.
Si el ibérico tiene un gran aliado en nuestra cocina son los patés ecológicos, que aportan suavidad y texturas en muchos platos donde se marida con el ibérico.
Las propiedades del jamón ibérico de bellota son de sobras conocidas, es rico en grasas monoinsaturadas como el ácido oleico, que ayudan a mejorar el colesterol y la salud cardiovascular. También es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B y vitamina E, y minerales esenciales como hierro, zinc y magnesio, que son beneficiosos para el sistema nervioso, el crecimiento celular y la prevención de la anemia.
Si a esto le sumamos los beneficios del paté, las propiedades se multiplican, son ricos en vitamina A, B, C, D, E y K, aportan hierro y minerales como el fósforo, magnesio, yodo, potasio y zinc, aporta proteínas, fortalece el sistema inmune y previene las enfermedades de los ojos.
En definitiva se tratan de dos productos que maridan tanto en el sabor como en sus propiedades, y ahora que llegan las Navidades hay un plato estrella que seguro está en muchos hogares: Solomillo Wellington.
Este plato típico navideño se puede realizar con muchos ingredientes, pero nuestra apuesta es el relleno de solomillo de cerdo ibérico, jamón ibérico y patés ecológicos, una apuesta que seguro triunfa en todas las mesas.
Receta
Corta los solomillos por la mitad. Extiende los hojaldres sobre una tabla y córtalos de igual modo. Cubre cada mitad de solomillo con el paté y 1 loncha de jamón ibérico.
Coloca cada pieza de carne sobre cada hojaldre, salpimienta y cúbrelas con el jamón que queda. Envuelve los solomillos con la masa, recorta la sobrante y presiona los bordes para sellarlos. Corta la masa retirada en tiras largas y finas para la decoración. Precalienta el horno a 180°.
Coloca los solomillos en una fuente refractaria forrada con papel sulfurizado y pincela la superficie con el huevo batido. Decora con las tiras de masa, formando un enrejado, y vuelve a pintar con el huevo. Hornea 20 minutos y retira.
Seguro que con esta receta harás las delicias de tus invitados.